Buenas tardes,
Es mi primera entrada en el blog y me siento emocionada a la vez que encantada de compartirlo con mis compañeros/as. Os acerco mi cuarta simulación que trata sobre: qué decir, cómo y cuándo sobre sexualidad a nuestros/as hijos/as, sobrinos/as, primos/as, etc., en edad pre-escolar. Comencemos:
Lo primero que hay que tener en cuenta es que Sexualidad es MÁS que Sexo, según la OMS: "Un aspecto central del ser humano, a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual." Se vive y se expresa de multitud de formas y están influenciada por numerosos factores.
Como vemos no es un tema simple y abarca muchos aspectos a tener en cuenta.
Por otra parte, existen numerosas barreras comunicativas a la hora de abordar el tema: padres que no saben cómo decir ni si tienen información suficiente, sentirse violentos a la hora de preguntar o responder, pensar que son demasiado pequeños/as, no aceptar la sexualidad (tanto padres de hijos/as como viceversa), creer que los incitaremos a practicar sexo, etc. Si chocamos con estas creencias no podremos mantener una conversación fluida con ellos/as y se ha demostrado que acompañar a nuestros hijos/as a lo largo de su desarrollo sexual mostrándonos accesible a sus preguntas y facilitándoles información adecuada, los convierte en personas responsables y seguras de sí mismas que no sienten la necesidad de embarcarse en relaciones sexuales de riesgo para experimentar lo que no saben.
Y entonces...¿cuándo les hablamos de sexualidad? La respuesta es sencilla: desde que nacen. Su desarrollo sexual comienza desde el momento del nacimiento; ya de bebés les acariciamos y besamos y ellos/as se sienten amados, sienten placer llevándose cosas a la boca, etc. En edad pre-escolar, cuando empiezan a descubrir su cuerpo podemos encontrarnos las siguientes preguntas y escenas:
- Mamá/Papá, ¿qué tienes ahí abajo?, ¿por qué lo mio es diferente?
- ¿De dónde vienen los niños?
- Tocamientos en zona genital.
- Jugar a los médicos con otros niños.
- Descubrir a sus padres practicando relaciones sexuales (privacidad).
- Atribuir ropa, tareas a uno u otro sexo.
- Enamorarse de sus amigos, padres, etc.
Ante esto, ¿qué decimos?, ¿cómo lo abordamos?. Estas son las claves:
- No esperes a que tus hijos/as pregunten, aprovecha alguna situación cotidiana para hablarles; por ejemplo, un/a amiguito/a ha tenido un hermano/a, les preguntamos si saben cómo ha nacido.
- Responder a TODAS las preguntas que nos hagan SIEMPRE de manera SIMPLE Y HONESTA. Adaptada a la edad del niño/a. Cuidado con los silencios (también comunican). Si la pregunta se hace en un lugar no adecuado, decirles que la posponemos para cuando estemos en casa y, después, responder.
- Llamar a las cosas por su nombre: el pene es el PENE y la vagina es la VAGINA, no son "pajaritos".
- Los bebés no vienen de París ni los trae la cigüeña. Están en la barriguita de mamá y llegan ahí porque papá y mamá se quieren y se dan un cariño especial (explicar más adelante en qué consiste).
- No prohibir la masturbación, enseñar dónde deben hacerlo. No llamarlos "cochinos", no está mal, simplemente descubren su cuerpo y lo que les gusta. Lo mismo pasa con "jugar a los médicos", explicarles la normalidad de la curiosidad por el cuerpo pero no enfadarse ni gritar; estaremos pendientes a las edades de los niños/as que juegan y enseñaremos a poner normas y límites.
- Educar de manera no sexista; no significa obligarlos a jugar con juguetes que no quieren si no enseñarles la variedad y que elijan.
- No quitar importancia a los sentimientos de nuestros/as hijos/as, hablarles y enseñar a gestionarlos.
En definitiva, educar sexualmente a los más pequeños es responsabilidad nuestra y debemos normalizarlo como cualquier otra educación reglada. Enseñemos poco a poco y mostrémonos accesibles. Podemos ayudarnos de libros ilustrados para explicar algunos conceptos y buscar información que nos ayude. Además, por qué no, los más pequeños también pueden enseñarnos muchas cosas y podemos aprender de ellos/as.
Espero que os haya parecido interesante mi primera entrada y que os sirva de verdad para afrontar algunas situaciones que puedan presentarse con niños de estas edades. Próximamente abordaremos la edad escolar y la adolescencia para que sigamos apuntando claves que nos ayuden personal y profesionalmente.
Saludos.
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